jueves, 28 de junio de 2007

RODOLFO “CHAUCATO” MEJÍA Y LOS MUCHACHOS DEL FBI





La Federación de Bebedores Iqueños FBI, es una institución fundada en 1975 y que agrupa a los más selectos aficionados al pisco de Ica y también a algunos foráneos cuyo amor por el aguardiente peruano, ha ameritado su incorporación.
Los miembros de la FBI sólo beben pisco. Renuncian a beber cualquier otra bebida alcohólica. Supervisan la calidad de los piscos iqueños, se reúnen en solemnes y divertidas sesiones pisqueras y la admisión de nuevos miembros es sometida a una exhaustiva investigación. Los cargos son vitalicios.
El presidente vitalicio de esta insigne sociedad es don Rodolfo Mejía Sciacaluga, quien además, de acuerdo a los estatutos, asume todos los gastos que la institución genera.
Su bodega es colonial, sus orígenes se remontan a 1650. Está ubicada en el distrito de San Juan Bautista, en la hacienda Quilloay. Tiene el privilegio de poseer uno de los dos únicos hornos de botijas que quedan en pie. Lo muestra con orgullo. El otro, está en La Caravedo la hermosa hacienda recuperada por Rodrigo Peschiera.
Don Rodolfo Mejía es el arquetipo del pisquero. Produce un pisco excelente, voluptuoso, y suave a pesar de los cuarenta y ocho grados en que lo destila. Es un quebranta al estilo de los viejos piscos. Destilado en falca y con una contundencia irrefutable. Un pisco macho.
Don Rodolfo es un gran conversador y conoce todos los laberintos de la genealogía iqueña y cuando habla de historia se apasiona, gesticula, vierte una catarata de juicios alzando el dedo índice y la voz. Luego sonríe, como quien ha cumplido un deber, enciende un cigarrillo y apura una copa de pisco. Vierte un chorrito al piso y luego bebe y recita sabiamente, “…a la tierra le devolvemos algo de lo que nos da”.
El pisco es su vida y en esta materia es conservador. “No estoy en contra de la tecnología, pero la tecnología del pisco es la colonial, si no, no hay pisco”, declara enérgico, con mirada firme.
Así es don Rodolfo Mejía, un personaje que parece salido de la ficción.

martes, 19 de junio de 2007

EL CHOLO MATÍAS

ENTRAÑABLE PISQUERO


Don Matías y Doña Rosita


Matías Grados Mora, querido amigo







Hace unos días estuve de paso por Ica. En ese caso la visita es obligada: la primera noche a casa de los Grados. A disfrutar de la compañía de don Matías y Doña Rosita y de sus hijos Josefina, Matías y Rosa, esa entrañable familia iqueña.

En su casa se respira Ica y se bebe pisco. Pisco del bueno. Ese que Don Matías destila con sapiencia. El quebranta es inigualable, olímpico, celestial. El moscatel tiene dulzura iqueña. El italia es sensualidad pura.
Los macerados de Josefina, por su parte, son la quinta esencia de la tradición. Hay uno de dátiles propio de un sultán con magnífico harem, el de guinda que Don Matías combina con pisco quebranta y Coca Cola en un celebérrimo Sol y Sombra, el de kión, sólo para iniciados, que con sus aromas evoca las sutilezas del rey Salomón en el Cantar de los Cantares. El sorprendente de mamey y el de maracuyá , que al beberlo uno comprende por que el maracuyá es también conocido como la fruta de la pasión.
Y cuando uno cree que lo ha probado todo, en el colmo de la intemperancia Doña Rosita sirve sus toronjas en almíbar con manjarblanco. En ese momento se puede decir que uno ha tocado el punto más profundo de la iqueñidad: pisco, macerados y las monacales toronjas.¿Se puede pedir más ?
La felicidad siempre es retrospectiva, uno mira para atrás y dice ¡Que feliz estuve tal día! y el recuerdo fluye, la ternura golpea el corazón y uno vuelve a ser feliz.

Así fue aquella noche iqueña, serena y feliz.